Pascua es una pequeña isla de aproximadamente 80 kilómetros cuadrados, es
famosa por las gigantescas efigies de piedra, conocidas también como
moai.
Fue
descubierta la tarde del Domingo de Pascua de 1.722 por el marino
holandés Jacob Roggeveen. En 1.770 el español don Felipe G. Ahedo
desembarcó en la isla y tomó posesión de ella en nombre del rey de
España, llamándola: San Carlos.
Existen
varias teorías sobre
los primeros pobladores de la isla.
Los
Moai:
Los
moai son figuras de piedra de enormes dimensiones con forma humana
cubiertas con algo que parece un sombrero cilíndrico. Las
gigantescas cabezas sobresalen del árido suelo, tienen las orejas
largas y grandes, y miran hacia el sol.
En
la isla existen diferentes grupos de estatuas:
Doscientas
setenta y seis hacen guardia en las laderas del volcán.
Trescientas
están derribadas sobre los ahus que rodean los altos acantilados de
la isla.
Otras
están a lo largo de antiguos caminos.
80
quedaron sin terminar.
Debían
situarse sobre los ahus (plataformas ceremoniales) con sus rostros
hacia el interior de la isla y tras encajarles unos ojos de coral o
roca volcánica roja se convertían en el aringa ora (rostro vivo) de
un ancestro.
Todos
los moáis fueron derribados de sus ahus (plataformas) en el siglo
XVII. Desde 1956 unos pocos de ellos han sido restaurados.
Los
moáis de la Isla de Pascua fueron candidatos para las Nuevas Siete
Maravillas del Mundo y terminaron octavos en la votación.